lunes, 22 de diciembre de 2008

NAVIDAD EN EL CORAZÓN

Tantas cosas se dicen de la navidad y de otras celebraciones, que estoy seguro más nos confunden que nos aclaran las cosas. En lo personal por naturaleza soy de los que me encanta celebrar... celebro cuando mi equipo de futbol gana... celebro los cumpleaños de mi familia y el mío obvio... celebro a mis hijos cuando los veo jugar y disfrutar de las cosas sencillas del día día... estoy convencido que Dios nos dió este don, el regalo de la alegría y la capacidad de disfrutar a través de los sentidos de las cosas que él hizo para nosotros. De niño, la navidad ha sido para mi una fecha anhelada. Recuerdo entre otras cosas la emoción de adornar el pesebre y el árbol con mi papá. Ni hablar de ver cómo se iban agregando tarjetas de saludo de los hermanos y muchos y variados regalos. No sé ustedes, pero ahora entender que gran parte de la humanidad, no importanto razas y credos celebre el nacimiento de Jesucristo me anima, sí me anima mucho, porque el mundo está cada vez más indiferente, más centrado en sí mismo. Así que, aunque sea por una vez piensen en Jesucristo, es un logro tremendo. Pienso que como cristianos debemos aprovechar más esta instancia para hablar de Cristo, y de su venida y del por qué él vino ha este mundo. Anoche tuvimos una reunión muy animante en nuestra congregación. Un grupo de hermanos nos preparamos para cantar himnos de navidad. Con los jóvenes trabajamos armando una escenografía y un pesebre. Todo fue coronado con la asistencia de amigos y familiares que llegaron para ver la presentación. Por supuesto terminamos con la predicación del evangelio. Si los cristianos creemos y decimos tener a Cristo en nuestro corazón, no me explico cómo haya los que no quieran celebrar esto. Cómo no decirle a las personas que Cristo nació, vivió, murió y resucitó por ellos. Los animo a celebrar la navidad. Busquemos con pasión el llegar a alguien que no tenga a Cristo y mostrarle que para él también Cristo nació... hagamos del Señor nuestro testimonio cada día. Los que quieran apedrearme y juzgarme de 'pagano' háganlo no más... lo que es yo y los míos vamos a estar celebrando y predicando a Cristo.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

¡NO DESCUIDAR!

Cuando estamos en el ministerio, hay cosas que tememos 'descuidar' -devocional, oración, el trabajo del ministerio propiamente tal, el estudio, etc- en esta oportunidad quiero dedicarle este espacio a la familia. Que triste es que por causa del ministerio descuidemos a la familia. Este es un peligro latente en la vida del servicio. Es un arma en las manos del enemigo. El otro día, mi hijo Josué, me estaba pidiendo que jugara con él. Le dije que me esperara un poco que tenía terminar de hacer unas cosas. Me volvió a insistir unas dos veces porque yo me estaba demorando, pero le dije que me esperara. En ese momento, alguien golpeó a la puerta... era un joven que necesitaba hablar conmigo. Lo hice pasar y que se sentara a conversarme su 'problema'. Me senté a escucharlo. 'Es parte del ministerio ¿no?' pero algo sucedió... estaba escuchando con atención a este joven, y de pronto miré un poco más allá y vi a mi hijo sentado mirándonos y con su juguete en la mano... y pensé... ¡Oh, no! mi hijo me pidió varias veces que jugara con él y lo postergué, y ahora él mismo podía ver que 'otra' persona que venía a pedir mi atención yo se la daba sin ningún 'espera un momento que estoy ocupado'. Bueno terminé de oir a este muchacho, hablamos, oramos y se fue más tranquilo, pero luego tuve hacer lo que claramente me había dado cuenta... hablé con mi hijo, le pedí perdón por haberlo postergado así, jugamos y pasamos un momento muy lindo. Debo esforzarme por mantener el equilibrio necesario para esta labor tan hermosa que es servir al Señor junto a la familia que él me ha dado. Los animo queridos, especialmente a aquellos que están en la misma situación que la mía, a recordar las palabras del apóstol Pablo en 1a Timoteo 3:4-5. Creo que 'gobernar' como lo indica la palabra, es 'estar delante', 'presidir', y esto se hace primeramente con amor y con ejemplo, no con 'tiranía' ni con 'miedo'. Que nuestros hogares sean el mejor reflejo de nuestra dedicación y entrega por el servicio de nuestra amado Salvador y Señor, Jesucristo.
Aquí les dejo un video en que estamos disfrutando de los niños jugando en casa.
Un abrazo, bendiciones