lunes, 24 de noviembre de 2008

¡SALGAMOS AFUERA!


Una vez leí una historia que me ayudó a reconocer un terrible error que estabamos cometiendo en nuestra iglesia. La historia era así:

Había una iglesia en cierto lugar, en donde los creyentes habían formado un grupo tan unido, al punto que sin darse cuenta no permitían a 'nadie' entrar en su círculo. Ellos se setían muy bien, porque sus necesidades estaban siendo cubiertas por lo que tenían dentro de su 'comunidad'. Un día, cuando estaban llegando a la reunión, se encontraron con mucha gente del pueblo que estaba 'protestando' con pancartas fuera del local de la iglesia. La gente gritaba ¡¡¡FUERA, FUERA, AFUERA LOS CRISTIANOS!!! y sus letreros decían lo mismo. Ellos se impactaron por lo que estaba pasando y no podían creer que las personas quisieran que ellos se fueran de allí. Entonces uno de los cristianos tomando valor, los enfrentó y les dijo: ¿Por qué están pidiendo esto? ¿acaso no saben o no se dan cuenta lo bien que le hacemos a esta comunidad? nosotros somos personas de bien, que no hacemos mal a nadie y vivimos de una manera muy responsable...

Entonces, ahí vino lo más soprendente. La gente les respondió: ¡Claro que sí, nos damos cuenta de eso! nosotros no queremos que ustedes se vayan de aquí, lo que queremos es que "¡Salgan Afuera de su iglesia y nos enseñen!" Bueno, seguro que esta historia no es real, fue inventado por algún cristiano que vio el 'grave error' y quizo ilustrarlo de esta manera. Pero creo que la gente que vive alrededor nuestro, de muchas formas nos están pidiendo todos los días que "¡SALGAMOS AFUERA!". El Señor nos lo dijo de así, para que no lo olvidemos tan facilmente...

'id y haced'; 'me seréis testigos'; 'id y predicad el evangelio'.

En Hebreos hay un pasaje que quiero dejar para la reflexión: "Por lo tanto, salgamos a su encuentro fuera del campamento, llevando la deshonra que él llevó" Hebreos 13:13 NVI.

Por el contexto sabemos que la exhortación es para que los creyentes de aquel entonces estuvieran dispuestos a dejar el judaísmo, que les daba seguridad, para que al 'salir' a identificarse con Cristo, asumieran el precio de la verguenza y el oprobio que él mismo sufrió antes por ellos. Tres cosas asumo para mi vida en este desafío. Salir, implica 1° Una DECISIÓN. Tenemos que convertir las ganas, las emociones en acción, no podemos quedarnos toda la vida en estudios interminables de estragias y sensibilizantes testimonios. Hay que hacerlo de una buena vez. Esto tiene que hacerse confiando en Aquel que nos está llamando 'AFUERA'.

En 2° lugar, salir implica una DISPOSICIÓN. Hay que pagar un precio. Hay que asumir los costos. Hay que dejar las comodidades de nuestras bancas, de nuestros 'locales' muy lindos y acogedores en la mayoria de los casos, y ¡SALIR!

En último lugar, salir implica una DEDICACIÓN. No es fácil consagrarse a una labor, pero para 'participar de los frutos, hay que ¡TRABAJAR PRIMERO!, así le dijo Pablo a Timoteo. ¿Cómo vamos a ver fruto si sólo hacemos 'esfuerzos esporádicos'?

Hermanos queridos, no permitamos que decaiga en nuestra vida el deseo por ver a los perdidos llegando a los pies de Jesucristo. Que la verguenza y la flojera no se apoderen de nuestro corazón. Aprovechemos cada oportunidad de hablar del evangelio. Los resultados son del Señor, la labor es nuestra.

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